I Jornada de Estudios sobre Masonería en Argentina y América Latina

Influencia de la Masonería en el Pensamiento Político de la Revolución de Mayo

22 de Mayo de 2010 / Sede de la Masonería Argentina. Pte. Perón 1242. CABA

Libro “Masonería en la Revolución de Mayo. Influencia en el pensamiento político”

Libro “Masonería en la Revolución de Mayo. Influencia en el pensamiento político”
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones y a la Universidad de Buenos Aires auspician esta primera edición de nuestro libro “Masonería en la Revolución de Mayo. Influencia en el pensamiento político”, constituyéndose en el primer libro impreso por la editorial de la Gran Logia de la Argentina “Ediciones Masónicas Argentina”. Una investigación del Centro de Estudios para la Gran Reunión Americana, del Equipo de investigación: Ricardo Romero, Roberto Sahakian, Verónica Baston, Antonio Las Heras, Nicolás Breglia, Andrea Marisa Romandetti Dasso, Jorge Cabezas, Sylvia Ruz Moreno, Germán Boure, María del Carmen Romano, Mario Luján Benítez Reyes y textos de Emilio Corbière.

Proyecto de Investigación: Influencia de la Masonería en la Revolución de Mayo

Director: Lic. Ricardo Romero

Nos proponemos en esta investigación analizar los componentes de las ideas masónicas a fin de relacionarlas en su influencia en la construcción del Estado Argentino. Haciendo una construcción analítica de fuentes históricas: documentos, escritos, proclamas y biografías, a fin de dilucidar cuáles fueron los componentes que marcan la influencia de la masonería en el Pensamiento Político de la Revolución de Mayo, sosteniendo que el esquema de Logia permitió un accionar similar a un partido de cuadros en el proceso revolucionario.

Análisis

La Logia Lautaro es la organización emblemática del análisis historiográfico. Debe su nombre a los relatos que contó Bernardo O´Higgins a Miranda sobre la oposición que realizó el toqui mapuche Lautaro a la dominación española de Chile en el siglo XVI. En sus principales objetivos estaba la de lograr la independencia de América, para establecer una confederación de repúblicas. Seguían la línea de los Caballeros Racionales, Logia creada en 1807 y que luego tomaría en Cadiz el nombre mismo de Lautaro.

Es interesante ver que la masonería llega de la mano de los liberales españoles y no de los ingleses, como critica la línea revisionista. De hecho, cuando llegan San Martín y Alvear a Buenos Aires en 1812, venían actuando logias previas, entre la más reconocida fueron las Independencia, una que levantó columnas en 1795 y otra del mismo nombre que trabajaron desde 1806 hasta confluir en la Lautaro. Si bien son logias de influencia masónica, las mismas eran operativas, con lo cual podían salirse del ritualismo y concentrarse en los objetivos específicos establecidos. Además, como comenta José Stevenson Collante, durante el proceso revolucionario, los miembros de la masonería tenían doble investidura, participaban en Logias Regulares Universales y de Logias Operativas de carácter patriótico para la revolución americana. Algunos de los principales miembros a destacar fueron: Francisco de Miranda, Andrés Bello y Simón Bolivar de Venezuela, José María Caro de México, Bernardo O´Higgins de Chiles, Juan Pablo Fretes de Paraguay; y en Argentina actuaron José de San Martín, Carlos de Alvear, Bernardo de Monteagudo, Gervasio Posadas y Tomás Guido, entre otros.

En lo académico, nos señala Emilio Corbiére (La Masonería) que si bien existen marcadas evidencias de los vínculos masónicos, por diversas razones, no se profundizan los análisis de sus implicancias. Existen trabajos que estudian el accionar de las Logias en la región, desde La Logia Lautaro por Emilio Gouchon, La masonería y la independencia de América por Nicolás Navarro, La Logia Lautaro y la independencia americana por Antonio Rodriguez Zuñiga, La Masonería a través de sus hombres por Alcides Lappas, o San Martín, la Logia Lautaro y la Francmasoneria por Fabián Onsari; o análisis específicos estudian la Revolución de Mayo, como uno reciente de Marcela Ternavasio, Gobernar la Revolución, que estudia los poderes en disputa en ese período, y en el cuál la pertenencia de los mismos a la masonería no es problematizada. Y si bien, existe la investigación Lucia Gálvez (Como dios manda? Iglesia, masonería y estado en la Argentina) quien estudia la participación de curas y masones en el proceso emancipatorio.

Lo cierto es, que la mayoría de éstos trabajos tienen un carácter esencialmente histórico y en todo caso, dejan en todo caso como un aspecto anecdótico el vinculo entre masonería y la emancipación, o la mirada se centra en un aspecto histórico del proceso. Se trata de dar una aproximación politológica al análisis para ver los componentes estructurales del pensamiento masónico derivados en el proyecto político de la revolución.



Lanzamiento de la Jornada

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Huellas de los masones en la Revolución de Mayo de 1810. Por Sylvia Ruiz Moreno


Sylvia Ruiz Moreno


Hace muchos años era un hecho controversial, pero hoy día poco sorprende a profesionales y aficionados a la historia argentina, el reconocimiento de que los próceres de la Revolución de Mayo de 1810 eran, en su mayoría, masones.
Muchos historiadores académicos prefieren omitir esta dimensión del acontecimiento porque no existen suficientes documentos que prueben la acción de las logias en la formación del Primer Gobierno Patrio. Se sabe que las logias existieron, se conoce la participación en ellas de los revolucionarios, pero el secreto de las actas y todo lo dicho en Logia hace que no dispongamos de información más precisa. Esta escasez de datos da pie a los que subestiman la contribución masónica o la reducen a la posibilidad que brindaban los talleres de actuar en forma clandestina.
Aunque los documentos oficiales falten, la ciencia histórica ha sabido prosperar en base a otro tipo de fuentes, cuya interpretación demuestra no solamente la presencia sino también las manifestaciones de la obra masónica. Los que además, hemos sido Iniciados, podemos comprender señales que para los Profanos permanecen veladas: de eso se trata la propuesta que hemos redactado.
Tras una breve mención de los orígenes de la Masonería en Argentina, nos aproximamos a la tan breve como intensa obra de Mariano Moreno, para establecer en su escritura y en su acción, la existencia de huellas de los masones en 1810.
Las primeras logias y su presencia en los sucesos de Mayo
La constitución de la Masonería Regular en la Argentina es una derivación de la Organización Nacional –a la que por otra parte los masones contribuyeron de manera decisiva- y se produjo el 11 de diciembre de 1857 e.: v.:. Pero logias masónicas en el territorio que luego integrará la nación Argentina existen, al parecer, desde el siglo XVIII.
Según Alcibíades Lappas en el archivo de la Gran Logia de Inglaterra consta que el 17 de abril de 1735 fue designado el caballero Randolph Took como Gran Maestre Provincial para América del Sud, y se sabe que por esos años (entre 1735 y 1737) Took se hallaba en Buenos Aires realizando negocios.
Posteriormente, se sabe que a fines del siglo XVIII (probablemente en 1797) existía en esa ciudad una logia llamada Independencia, que obtuvo su Carta Constitutiva de la Grande Loge Genérale Ecossaise de France –que a partir de 1805 se integró al Gran Oriente de Francia- y a la que pertenecieron Mariano Moreno, Juan José Paso y Manuel Belgrano.
También a fines del siglo XVIII el portugués Juan de Silva Cordero funda la Logia San Juan de Jersusalén de la Felicidad, con Carta Constitutiva de la Gran Logia de Maryland. Durante las Invasiones Inglesas, según el relato del historiador masónico Lappas, se formaron Logias con Cartas Constitutivas de la Gran Logia de Irlanda, y sus miembros levantaron a su vez las Logias Hijos de Hiram y Estrella del Sur.
Emilio Corbière analiza en sus dos tomos sobre La Masonería aspectos de la polémica historiográfica en torno a la masonería en la emancipación continental, que adquiere un gran dinamismo a partir de la fundación de la Logia Lautaro de Buenos Aires en 1812 integrada por los viajeros de la fragata George Canning, entre los que se encontraba José de San Martín. Mucho se ha dicho sobre el carácter operativo de las logias lautarinas y su grado de compromiso con la masonería. Pero eso deberá ser motivo de otra plancha.
También las irradiaciones que dejó la impronta de Mariano Moreno en los que sobrevivieron a su derrota política y dudosa muerte en alta mar. Es poderosamente llamativo que los morenistas fundaran nuevas logias y tuvieran una acción extendida en el tiempo que fue crucial para alcanzar la Independencia, figuras que quedaron en una nebulosa historiográfica y merecen ser recuperadas, como Julián Álvarez y Juan José Paso. Es curioso también, lo poco que se ha dicho sobre la impronta masónica de la Primera Junta de 1810, en la que la mayor parte de sus miembros, como señala en un artículo recientemente publicado, Antonio Las Heras. Por eso creemos que es necesario concentrarnos en esos meses violentos, convulsionados, plagados de pasiones y razones, en los que se engendró nuestra República.
Cómo ser Masón en el mundo Profano
Una discusión clásica entre los historiadores discurre sobre las causas de la Revolución de Mayo: ¿Independencia de España o abolición del monopolio comercial? ¿Intereses criollos o intereses británicos en el Río de la Plata? Ciertamente, los argumentos que proponen los historiadores se basan en datos, lo que nos sugiere que algo de todo eso siempre hay en el abanico de la pluricausalidad de las acciones sociales.
Entre todos esos intereses que confluyeron, había un programa común a todos los masones que actuaban en América desde el siglo XVIII: Independencia. La instauración revolucionaria del reinado de Fernando VII tras el Motín de Aranjuez (17 de marzo de 1808 e.: v.:) y la ocupación napoleónica del trono español precipitaron los acontecimientos que se venían proyectando con anterioridad.
Entonces, comenzaron a distinguirse dos grupos revolucionarios, cuya diferenciación no puede comprenderse cabalmente sin conocer su pertenencia masónica. La obra de Alfonso Fernández Cabrelli nos ofrece una investigación valiosísima en esta dirección. Este autor nos habla de una tendencia de masones más moderados, que relaciona con las logias constituidas con Cartas Patente inglesas, cuyos miembros acompañarán las decisiones del Presidente de la Junta, Cornelio Saavedra –sobre cuya Iniciación ha habido una gran discusión historiográfica, pero Antonio Las Heras afirma que se ha probado por datos conservados por sus descendientes-. Frente a ellos, siempre con un objetivo común, que es el de la Independencia Americana, se fue aglutinando un grupo de masones de logias con Carta Patente francesa, alrededor de Mariano Moreno.
Lo que puede llevar a la confusión es que posteriormente, el lautarismo introducido en Buenos Aires, como se ha dicho desde 1812, tiene un origen inglés, en la Gran Reunión Americana de Londres, formada por Francisco Miranda, el gran precursor de la independencia en todo el continente americano. Los morenistas participaron del proyecto operativo de la Logia Lautaro para derrotar a los españoles (el Cruce de los Andes), como explica Rodolfo Terragno. Pero antes de que desembarcara el lautarismo en el Río de la Plata, existió una controversia muy importante para la fundación de nuestra República. Esa controversia puede ser entendida desde una perspectiva masónica.
Mucho se ha hablado de las diferencias entre Moreno y Saavedra, que fueron oscurecidas mediante explicaciones simplistas como las diferencias generacionales, la perspectiva del abogado teórico frente al militar práctico, incluso la ocurrencia de que Moreno originó el partido unitario y Saavedra el partido federal, y por supuesto, celos personales y puja de poder.
Lo que ofrecemos aquí como propuesta para incorporar a la polémica historiográfica es una lectura diferente, basada en la investigación del historiador Fernández Cabrelli: dos maneras de ser masón en el mundo Profano. Podemos creer que los masones moderados priorizaron el secreto, la cautela y la moderación que es prédica masónica, para proteger el objetivo operativo: el gobierno autónomo.
Mariano Moreno en cambio, guardando los debidos recaudos del lenguaje para mantener la discreción del trabajo de Taller, trasladó las irradiaciones de su iluminación espiritual al trabajo operativo. Para Moreno no era suficiente con lograr la independencia, los ciudadanos debían también participar en ella.
Esto nos conduce a las razones de la lucha por la Independencia en la masonería. Sin independencia y sin democracia, solamente pueden ser masones un conjunto de privilegiados de las Cortes, o como en la época de la masonería operativa medieval, expertos artesanos cuyo conocimiento específico y codiciado los protegía de la opresión monárquica. Pero la Masonería aspira al bienestar de la Humanidad, y por lo tanto, a que la libertad de los hombres no sea un privilegio.
Aunque no todos los masones lo comprenden así, cuando se cree que la Masonería no es un privilegio, y que el bienestar de la Humanidad se alcanza cuando todos los hombres y mujeres se reconocen mutuamente como seres libres e iguales, está claro que la conquista de la Independencia es un paso insoslayable en ese camino.
Probablemente Mariano Moreno creyó que no bastaba con que los ciudadanos del Río de la Plata pudieran ser libres e iguales, sino que además debían experimentar los alcances de la libertad y la igualdad. Y quizás esa creencia férrea le costó la vida.
Todo esto deberá ser materia de un análisis más profundo que el que propone esta plancha, pero para muestra de lo que estamos diciendo, traemos a la mirada de los QQ\HHos\y HHas\algunos fragmentos del último escrito político de Mariano Moreno, que selló su fin. El decreto de Supresión de Honores:
“En vano publicaría esta Junta principios liberales, que hagan apreciar a los pueblos el inestimable don de su libertad, si permitiese la continuación de aquellos prestigios, que por desgracia de la humanidad inventaron los tiranos, para sofocar los sentimientos de la naturaleza. Privada la multitud de luces necesarias, para dar su verdadero valor a todas las cosas; reducida por la condición de sus tareas a no extender sus mediaciones más allá de sus primeras necesidades; acostumbrada a ver los magistrados y jefes envueltos en un brillo que deslumbra a los demás, y los separa de su inmediación, confunde los inciensos y homenajes con la autoridad de los que los disfrutan, y jamás se detiene en buscar al jefe por los títulos que lo constituyen, sino por el boato y condecoraciones con que siempre lo ha visto distinguido. [...]
“Es verdad que, consecuente al acta de su erección, decretó al Presidente, en orden de 28 de mayo, los mismos honores que antes se habían dispensado a los virreyes; pero esto fue un sacrificio transitorio de sus propios sentimientos, que consagró al bien general de este pueblo. La costumbre de ver a los virreyes rodeados de escoltas y condecoraciones habría hecho desmerecer el concepto de la nueva autoridad, si se presentaba desnuda de los mismos realces; [...]
“Un remedio tan peligroso a los derechos del pueblo, y tan contrario a las intenciones de la Junta, no ha debido durar sino el tiempo muy preciso, para conseguir los justos fines que se propusieron. Su continuación sería sumamente arriesgada, pues los hombres sencillos creerían ver un virrey en la carroza escoltada, que siempre usaron aquellos jefes; y los malignos nos imputarían miras ambiciosas, que jamás han abrigado nuestros corazones. Tampoco podrían fructificar los principios liberales, que con tanta sinceridad comunicamos, pues el común de los hombres tiene en los ojos la principal guía de su corazón, y no comprenderían la igualdad que les anunciamos, mientras nos viesen rodeados de la misma pompa y aparato con que los antiguos déspotas esclavizaron a sus súbditos.
“La libertad de los pueblos no consiste en palabras, ni debe existir en los papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad; y este cántico maquinal es muy compatible con las cadenas y opresión de los que lo entonan. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad. Si me considero igual a mis conciudadanos, ¿por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que yo? Mi superioridad sólo existe en el acto de ejercer la magistratura, que se me ha confiado; en las demás funciones de la sociedad soy un ciudadano, sin derecho a otras consideraciones, que las que merezca por mis virtudes.”
Creemos ver en estas palabras, cómo Mariano Moreno abre, simbólicamente, las Tres Ventanas del trabajo de Taller en Segundo Grado, para brindar a “la multitud”, con herramientas Profanas, “luces necesarias, para dar su verdadero valor a todas las cosas”. La “ventana del Mediodía”, de la luz interior, está expresada el supuesto en el que fundamenta la igualdad, cuando dice: “si me considero igual a mis conciudadanos...”. Pero Moreno sabe que, por no ser Iniciados, sus conciudadanos pueden no haber accedido a esa iluminación de su igualdad interior, y sólo pueden recibirla a través de la Ventana de Occidente, que coincide con las Puertas del Templo, la del mundo exterior: “pues el común de los hombres tiene en los ojos la principal guía de su corazón, y no comprenderían la igualdad que les anunciamos, mientras nos viesen rodeados de la misma pompa y aparato con que los antiguos déspotas esclavizaron a sus súbditos”. La Ventana de Oriente, de la realidad metafísica, por último, es la Piedra Fundamental del Decreto de Supresión de Honores, expresado con fórmula de Ley Universal: “Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad”.
Así Mariano Moreno llevó la Luz Masónica a sus conciudadanos, así dejó una estela que acompañaría a Belgrano, Castelli, Paso, y Pueyrredón, que cruzaría el Río de la Plata con José Artigas y cruzaría los Andes con José de San Martín. Una estela luminosa que todavía hoy depara enseñanzas valiosas a los Masones del Siglo XXI.


Bibliografía
Corbière, Emilio (2004) La masonería. Política y sociedades secretas. Buenos Aires, De Bolsillo.
Corbière, Emilio (2001) La masonería II. Tradición y Revolución. Buenos Aires, Sudamericana.
Fernández Cabreli, Alfonso (1982) Masonería, morenismo, artiguismo. Presencia e influencia de la francmasonería en los movimientos independentistas del Río de la Plata. Montevideo, América Una.
Lappas, Alcibíades (2000) La Masonería Argentina a través de sus hombres. Buenos Aires.
Las Heras, Antonio (2008) “Los masones del 25 de Mayo”. En: Perfil, domingo 25 de mayo de 2008, p.p. 14-15.
Lavagnini, Aldo (2006) Manual del Compañero. Buenos Aires, Kier.
Moreno, Mariano (1953) “Decreto de Supresión de Honores al Presidente de la Junta, del 8 de diciembre de 1810”. En Rumbos de una Nación. Buenos Aires, W. M. Jacson Inc. editores.
Onsari, Fabián (1951) San Martín, la Logia Lautaro y la francmasonería. Avellaneda.
Terragno, Rodolfo (1998) Maitland & San Martín. Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes.

lunes, 8 de junio de 2009

Masonería y Feminismo. Sobre una nota de la Revista Ñ


Lic. Ricardo Romero

Especialista en Masonería

Centro de Estudios para la

Gran Reunión Americana

La Revista Ñ publicó una nota de color, comentando la agitada crítica que realizaba una ferviente militante feminista de pelo color rojo (Cecilia Lipsick) durante una presentación de candidatos y candidatas del Encuentro Popular para la Victoria, y las apreciaciones de María José Lubertino sobre la masonería y las mujeres. Al respecto, me gustaría realizar algunos comentarios de alusión.

Es claro, que producto de la tradición masónica, originariamente de las cofradías de trabajadores y albañiles constructores de catedrales, las Logias Regulares están formadas por Hombres. Algo que se cristaliza en los Landmark de 1717, donde se prohíbe el ingreso a las mujeres. Sin embargo, como todas las instituciones de la humanidad, fueron progresando a cambios que replantean el rol de las mujeres.

De hecho, cuando reclamo el estudio de la masonería en el proceso de la independencia americana, y especialmente en argentina, donde sus principales referentes se inspiraban en la escuadra y el compás, también alerto sobre el rol como “Guarda Templo Externo” que tenían algunas mujeres, como Mariquita Sánchez Thompson, quienes cubrían el Templo para que personajes como Belgrano, Castelli, Moreno, Monteagudo, Vieytes, Liniers, entre otros, pudieran llevar las Tenidas emancipatorias.

A su vez, cabe aclarar, que en la actualidad, existen mujeres libres y de buenas costumbres, que organizaron logias femeninas que reproducen los rituales de práctica de la masonería regular. Inspiradas en la búsqueda de la libertad y el conocimiento, en nuestro país funcionan desde el 2002, cuatro Logias agrupadas en la denominación de la Gran Logia Femenina de la Argentina.

Incluso, recientemente, se ha formado en Argentina dos Logias que aceptan mujeres, una en Misiones, Filantrópica Nº 41, y otra en Buenos Aires con el nombre de Fraternidad Nº 42 que dependen del Gran Oriente Latinoamericano con sede en Uruguay; y a su vez funcionan diferentes ritos con Logias mixtas e incluso existe El Derecho Humano, que la Orden Masónica Mixta Internacional que funciona solamente con varones y mujeres.

En este sentido, es incorrecto afirmar que en la masonería no se admiten las mujeres. Sino, que existe una práctica tradicional regular y las modernas que permiten la participación de mujeres o el trabajo conjunto. Así como existe en diversas actividades existen las ramas masculinas, femeninas y mixtas. Es claro, que actualmente la masonería abre sus puertas a quienes quieran practicar una forma de vida de reflexión filosófica, labor filantrópica y acción progresista.

domingo, 24 de mayo de 2009

La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810

La participación de la masonería el 25 de Mayo de 1810

La Plata - Durante años, la participación de la masonería -organización discreta no secreta- en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario. Sus lemas fueron la Libertad, la Igualdda y la Fraternidad.

Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.

Algunos de sus Antecedentes.
Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.

La Revolución
A modo de introito, vaya una triada de citas:
“En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
“La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
“Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.

La Participación Masónica.
Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.

CITAS:
(1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
(2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
(3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
(4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
(5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
(6) Idem., p 220.
(7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
(8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
(9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
(10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
(11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
(12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
(13) Idem., p. 125.
(14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
(15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
(16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.

Conmemorar la Revolución de Mayo de 1810, conlleva la necesidad de rescatar los tres aspectos etimológicos del vocablo: Hacer memoria, Honrar la memoria y Hablar de esa memoria.
Tradicionalmente, los homenajes a la fecha patria, reconocen sólo dos de estos aspectos: el honrar y el hablar -triada filofófica y básica-. En efecto si se repasan tanto los desarrollados a nivel educativo como luego los institucionales, observamos que, básicamente se dirigen a reivindicar la figura de los protagonistas, honrando así su memoria o a mencionar circunstancias, las más de las veces anecdóticas y pueriles sobre el acontecimiento, hablando de esta manera del acontecimiento, sin llegar casi nunca al tercer y más importante aspecto, es decir el Hacer o el Construir la memoria del hecho Revolucionario.
Se advertirá que, a esta última finalidad se aviene con particular eficacia no sólo la definición vulgar de la voz “triada”, sino la complementaria y enriquecida del neoplatonismo, que ve en la misma, a más del conjunto de tres cosas o personas, la unión del ser, la inteligencia y el alma de las cosas y los acontecimientos (4).
La utilización del ternario, sus diversas acepciones y derivaciones en el trabajo de esta noche, no han de verse únicamente como juego dialéctico, etimológico o simbólico, sino como un medio particularmente masónico de edificar la memoria de la Revolución de Mayo 1810, a partir de un conjunto de triadas, usualmente pasadas por alto, y de las cuales, la primera, está dada por la propia estructura del acta suscripta entonces que consta en el Cabildo, la que analiza sólo tres aspectos del hecho histórico, en el siguiente orden: antes que nada, sus antecedentes, en segundo lugar la Revolución en sí, y finalmente, la participación en dicho movimiento.

Algunos de sus Antecedentes.
Razón le asiste a Felipe Pigna cuando afirma que “los hechos de Mayo son absolutamente inexplicables sin la comprensión necesaria de la situación europea”(5).
Una triada de nombres, usualmente no mencionados, pueden constituir un primer modo de acercamiento a la comprensión de aquella situación. Nos referimos a JAMES WATT, MANUEL GODOY y a Doña CARLOTA JOAQUINA.
El primero, nacido en Birmingham, Inglaterra, el 19 de enero de 1.736, aprendió de su padre el uso de las herramientas y útiles náuticos. A la vez, su pasión por las matemáticas lo trasladó a Londres, lugar donde a más de la docencia, pudo dedicarse al estudio de los usos y aprovechamiento del vapor, logrando desarrollar la “máquina de vapor” que le daría celebridad. La genial invención habría de difundirse inmediatamente en Gran Bretaña, pasando luego a Francia y al resto del continente europeo. Este hecho tecnológico significó el nacimiento de la industrialización a gran escala, de la producción en masa, a la vez que cimentó el afianzamiento del capitalismo; circunstancias todas que confluyeron a gestar el fenómeno universalmente conocido como “revolución industrial”, operándose a partir de la misma los más profundos cambios no sólo en lo económico, sino también en lo político y en lo social.
En lo que hace al tema que nos ocupa, creemos que lejos habría de estar nuestro James Watt de tal siquiera imaginar que este movimiento, derivado de su inventiva y amor a la mecánica, devendría en lo inmediato en el conflicto entre Inglaterra y Francia por el control de los mercados y tendiente a plasmar la preeminencia económica de alguna de las dos potencias. La necesidad de ubicar los productos, ahora fabricados masivamente, y la de asegurar las materias primas necesarias para su elaboración, involucran en la disputa a la América Hispana, tanto como potencial adquirente de los primeros, como proveedora de las segundas.
El segundo, Don Manuel Godoy, natural de Badajoz, nacido el 12 de mayo de 1.767 supo desde joven granjearse la simpatía de la Corte Española, al extremo de que a los 22 años se erige en el favorito del Rey Carlos IV y amante de su esposa, la reina María Luisa. Desde tan privilegiada posición, puede decirse que desde 1.789 maneja los destinos de España para contento de sus amigos y desgracia de sus enemigos. Entre aquellos deben contarse a los partidarios de las luces y de la educación y entre los últimos a los ultramontanos, sostenedores del poder eclesiástico. A la vez que puso freno a la inquisición, permitió el regreso a España de los judíos, propulsó la educación creando Colegios y Universidades entre las que destacan el real Colegio de Medicina, el Cuerpo de Ingenieros y la Escuela de Veterinaria. Sin embargo, la posteridad ha de recordarlo como el responsable directo de la caída del reino español en manos de Napoleón, luego de las vergonzosas abdicaciones de Bayona que culminaron con el alejamiento de Carlos IV y posteriormente de su hijo Fernando VII.
Tampoco creemos que por la mente del “favorito” Godoy, pasara que tras la pérdida de España, de alguna manera por él permitida, se facilitaría en gran medida la tarea emancipadora americana, al darle a los patriotas su más sólido argumento ideológico-jurídico, basal de la civilización occidental: La desaparición de la metrópoli revertía la soberanía en el pueblo, el que a partir de ese momento, tenía el derecho de darse un nuevo gobierno.
La tercera, Doña Carlota Joaquina, hija de Carlos IV, hermana de Fernando VII, nacida en 1.755 y casada con Juan VI de Portugal, en la idea, concebida por Floridablanca, de afianzar la unión entre España y Portugal, supo distinguirse como mujer enérgica, interesada en los asuntos públicos y de grandes ambiciones. La invasión napoleónica a Portugal en 1.807 hizo que la Corte Portuguesa se trasladase a Brasil, instalándose en Río de Janeiro e intentando extender sus dominios al Virreinato del Río de la Plata. Su condición de única miembro de la familia real española en libertad, alimentaron sus ansias en tal dirección, no habiendo sido pocos sus partidarios entre los patriotas de mayo.(6)
No pensamos que la Infanta haya presupuesto, que la prodigalidad de sus ambiciones, señalase a los Americanistas del Plata la necesidad de acortar los plazos y acelerar las decisiones, en vistas de una situación europea que, a 1.810 se presentaba como inmejorable a sus designios independentistas.
El análisis de los antecedentes, obliga a considerar también la influencia que sobre los acontecimientos de Mayo de 1.810 debe atribuirse al “absolutismo español”. El estudio del mismo nos permite arriesgar una nueva “triada”, ya que como bien señala Juan González Calderón, el absolutismo de España se manifestaba en lo político, lo económico y lo religioso. (7)
El absolutismo político, instrumentado por el nombramiento de las autoridades ejecutivas y administrativas por el rey; la legislación de Indias dictada en la Metrópoli, con expresa prohibición de representación popular alguna que significase la participación de los naturales, tendía a la formación de dóciles vasallos en vez de ciudadanos libres. Esto, sumado al desprecio de que eran objeto los americanos por parte de los españoles europeos, fue produciendo una diferenciación en dos clase sociales que tendrían la oportunidad de enfrentarse en el movimiento de mayo.
El absolutismo económico, caracterizado por restricciones injustificadas al comercio y un sistema fiscal opresivo, imponía a las colonias el peso de una metrópoli que se reservaba para sí altos lucros en la intermediación con la nueva Europa industrial, negando a sus dominios americanos la posibilidad de un contacto directo con ella, con la consiguiente doble ventaja que este hecho hubiese implicado, primero en cuanto al pago de menores precios de importación, y segundo por la mayor ganancia derivada de la exportación de los productos locales.
El tercer elemento de esta triada, el absolutismo religioso, implantado a través de la legislación indiana, que hería al americano en lo más profundo de su ser, violentando arbitrariamente su libertad de conciencia. Basta recordar la Ley 28, lib. 1º, tít. 1 que establecía la confiscación de la mitad de los bienes a todo aquel que muriese sin “confesar devotamente sus pecados y recibir el santísimo sacramento de la Eucaristía, según lo dispone nuestra Santa Madre Iglesia”. En sentido similar, la Ley 15, lib. 1º, tít. 24, disponía “que no se concedan licencias para imprimir libros en sus distritos y jurisdicciones, de cualquier materia o calidad que sean, sin proceder la censura, conforme está dispuesto y se acostumbra”.

La Revolución Iluminista
A modo de introito, vaya una triada de citas:
“En el mes de mayo, me mandaron llamar mis amigos de Buenos Aires, diciéndome que era llegado el caso de trabajar por la patria para adquirir la libertad e independencia deseada, volé a presentarme y hacer cuanto estuviese a mis alcances”. Manuel Belgrano.(8)
“La Revolución de Mayo de 1810, es el acontecimiento más importante ocurrido en estas tierras en el siglo XIX . . . marcó el comienzo de trascendentes transformaciones políticas, sociales, culturales e ideológicas en la sociedad rioplatense”. Félix Luna. (9)
“Los sucesos de Mayo merecen ser estudiados en sus menores detalles. Anuncian la alborada espléndida de una nación de inmenso porvenir”. Alberto Palcos.(10)
Remarcada por los citados la importancia del tema, antes de su desarrollo, concédaseme una licencia a fin de poder remontarme brevemente a la etimología de la voz “mayo”. Es posible que estas breves separatas del tema principal aparezcan como ociosas, pero al rescatar la importancia de esta ciencia como “historia de las palabras”, de hecho que la misma puede ayudarnos a desentrañar los primeros conceptos de los vocablos. En tal sentido, recordemos que el mes de mayo es el tercero del calendario masónico y quinto del gregoriano. De sus orígenes latinos rescatamos la voz “maius” de significación mes de “maia”, Diosa de la primavera entre los antiguos romanos, lo que aseguraba a su mes la prodigalidad en dones. De allí, la tal vez inconsciente coincidencia con la precedente cita de Palcos en cuanto a la palabra “alborada”, utilizada por éste a modo de nacimiento o génesis de la nueva Nación.
Disgresiones aparte, cabe ahora adentrarnos en el tema de fondo: “La Revolución”.
En aras del orden propuesto en el epígrafe, se propone a los lectores una primera triada para la consideración del hecho revolucionario. Partiendo de la llegada al Puerto de Montevideo de la fragata inglesa “John Paris” el día 13 de mayo, con la noticia de la caída de Sevilla en manos de Napoleón, se precipitan los acontecimientos en Buenos Aires, en una sucesión cronológica de tres fechas de cuyo análisis no podemos prescindir: el Cabildo Abierto del día 22, la Contrarrevolución y el Cabildo del 25.
La primera, la del cabildo del 22. Antes y más allá de su trascendencia en orden al resultado de su decisorio, debe rescatarse por su valor como expresión primigenia de la soberanía popular en esta parte de la América. De los 450 invitados, concurrieron 251, de los cuales 94 eran comerciantes, vecinos y hacendados, 93 empleados y funcionarios, 60 jefes y oficiales de mar y tierra, 27 profesionales liberales y 25 clérigos y frailes. La cuestión medular a determinar era responder al interrogante de saber “si se ha de subrogar otra autoridad a la superior” que ejercía el virrey en nombre de Fernando VII, y en caso afirmativo, ¿en quién debía recaer la designación?. No viene a cuento reseñar las largas discusiones sobre el particular, sino enfocar la atención sobre los aspectos más relevantes del debate, rescatando al efecto una triada de oradores, que resumen las distintas posiciones. Al primero que nos referimos es al Obispo Benito de Lué y Riega, quien enfáticamente negó el derecho de los americanos para hacer innovaciones en el gobierno, rescatando el hecho de que las Indias eran propiedad de España y de sus hijos quienes eran los únicos con derecho a gobernarlas. La soberanía del gobierno residía en España y era privativa de españoles. Correspondió a los masones Castelli y Paso rebatir dichas argumentaciones y sentar con singular acierto la doctrina de la autodeterminación soberana de los pueblos. Castelli, formado en Chuquisaca, ilustrado tanto en las doctrinas de la soberanía popular de Domingo de Soto, Francisco Suarez y Francisco de Vitoria, conocía por otro lado las más modernas concepciones contractualistas de Rousseau, Hobbes y Locke. Sostuvo en la oportunidad que habiendo caducado la España, con ella también lo han hecho sus autoridades, correspondiendo en consecuencia al pueblo reasumir la soberanía y designar las autoridades que estime convenientes a sus intereses. Como bien señala González Calderón (11), correspondió a Paso completar la exposición fundando la legitimación de Buenos Aires para actuar en nombre de todo el Virreinato, cuando sobre el particular señaló que “así como los hermanos o los amigos podían tomar legítimamente el negocio ajeno para beneficiar al ausente . . ., así una capital o un pueblo enterado del peligro común, tenía la facultad y el derecho de tomar la gestión del asunto, sin perjuicio de someterse después a la aprobación de sus condóminos o consocios . . .”. Las exposiciones reseñadas, fundantes de una nueva concepción referida al ejercicio de los derechos políticos, fue aprobada con amplitud, estableciéndose que el virrey debía cesar en el mando.
El segundo aspecto de la triada se vincula con la contrarrevolución orquestada desde el Cabildo, el que desconoció el pronunciamiento del pueblo a instancias de elementos realistas y reaccionarios, estableciendo en contra de lo expresamente decidido, una Junta de Gobierno encabezada por el Virrey antes depuesto.
Si bien los sucesos del 25 son ampliamente conocidos, no podemos dejar de remarcar que sólo la decidida acción del grupo patriota impidió la concreción de la maniobra contrarrevolucionaria, instaurando lo que la posteridad ha conocido como el “primer gobierno patrio”, objeto de esta conmemoración.
No podemos cerrar el capítulo revolucionario, sin mencionar una triada de sus efectos, que como principios básicos informan la Constitución de la Nación y constituyen los pilares sobre los que descansa nuestro sistema republicano: la soberanía popular, el sistema federal y el principio representativo.

La Participación Masónica
Durante años, la participación de la masonería en los sucesos de mayo de 1810, ha sido objeto de múltiples discusiones y no menos desencuentros. Sin embargo, se puede afirmar sin temor a equívoco, que a la Masonería Rioplatense de la época, no sólo le cupo una decidida acción en dichos acontecimientos, sino además, que su intervención resultó decisiva para el éxito del movimiento revolucionario.
La aparición de nuevas obras sobre el tema, la reconsideración de antiguas fuentes documentales y la tarea de jóvenes investigadores deseosos de profundizar esta cuestión, han contribuido grandemente a echar luz sobre el particular. Así por ejemplo, un muy documentado trabajo de Enrique de Gandía, el examen minucioso de la autobiografías de Saavedra, Belgrano y Guido y los más recientes estudios de Patricia Pasqualli, permiten arribar a la ya esbozada conclusión de que: la actuación de las logias y de los masones del Río de la Plata fueron determinantes en los acontecimientos de Mayo de 1.810.
Para el estudio del tema, podríamos arriesgar una última triada, siguiendo el orden siguiente: -El Estado de la Masonería en el Río de la Plata a principios del siglo XIX-; -La Actuación de los Patriotas Masones- y -la Identidad entre el Ideario Revolucionario y el Masónico-.
En la “Independencia de América y las Sociedades Secretas”, Enrique de Gandía (12) realiza un pormenorizado análisis sobre el primer aspecto. Sostiene que para 1810, la masonería había adquirido importante desarrollo en Buenos Aires. Entre los testimonios citados, figura el del General Enrique Martínez, el que en carta a Andrés Lamas declara que “desde época remota existía la sociedad masónica y Peña y Vieytes pertenecían a ella”. La época a la que refiere es la del Virrey Sobremonte, cuando la logia fue descubierta a raíz de una fuerte tormenta que arrastró mandiles y demás ornamentos. Agrega el General que la Jabonería de Vieytes era el lugar donde se reunía la logia “Amigos de la Libertad”.
Tales circunstancias hacen que Gandía arriesgue que ya para 1.795 existían trabajos masónicos en la capital del virreinato. Menciona a la muy conocida Logia San Juan de Jerusalén fundada en 1.804 por Juan de Silva Cordeiro, y cita a Ignacio Núñez, que en sus recuerdos afirma que las Invasiones Inglesas contribuyeron grandemente al fortalecimiento de la labor masónica.
Por su parte, Francisco Grilló, en sus “Episodios Patrios”, revela una comunicación de la Gran Logia de Versalles de 1795, dirigida a la Logia Independencia de Buenos Aires. Sobre esta misma Logia, el Coronel inglés Santiago Burke, narra que cuando se iba de la ciudad en 1809, fueron a despedirlo “un número de las principales personas del lugar, mis viejos amigos de Independencia”.
El General Miller, de hecho poco afecto a la masonería, escribe en sus “Memorias”: “un club, llamado la logia, se ha introducido con el objeto ostensible de promover la emancipación de la América Española . . .”(14).
Los testimonios citados, revelan que a la fecha del movimiento emancipador, la masonería era importante en Buenos Aires y se expresaba a través de varias logias, entre las cuales, las más conocidas históricamente han sido la San Juan de Jerusalén, la Independencia o Amigos de la Libertad y la Sociedad de los Siete, todas anteriores a la Lautaro..
La importancia del estudio de la segunda cuestión, referida al accionar de los patriotas masones, queda de manifiesto por el protagonismo que los mismos tuvieron durante los sucesos revolucionarios y en la conformación de la Primera Junta de Gobierno.
Los autores citados, a los que podemos sumar el Dean Funes, Zinni y Alcibíades Lappas, coinciden en cuanto a la pertenencia masónica de: Saavedra, Belgrano, Moreno, Matías Irigoyen, Donado, Chiclana, Paso, Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Berutti, Guido y Vieytes, entre otros muchos (15). Muchos atentos lectores podrán advertir que los masones enunciados fueron los principales protagonistas del cabildo del 22, se los sucesos posteriores y del gobierno emanado del movimiento revolucionario.
Más que ilustrativo respecto al rol de la Orden y de los masones resulta el testimonio del General Tomás Guido, quien en sus Memorias revela tales circunstancias de modo insuperable, atendiendo a su condición de protagonista. Dice el ilustre militar y masón respecto a la tarea de los masones al tomar éstos conocimiento de la pretendida contrarrevolución: “En la tarde del mismo día fue publicado por bando el acuerdo clasificado de popular, proclamando una junta compuesta del Virrey Cisneros como presidente y de los señores Saavedra, Castelli, Sola e Inchaurregui. El pueblo pareció satisfecho de esta elección y los españoles se felicitaron de haber salvado del peligro de un trastorno fundamental viendo triunfante la autoridad del Virrey. Muy diferente sensación produjo tal inesperado desenlace en el club reunido a las ocho de la noche en la casa del señor Peña… Era pues necesario deshacer lo hecho, convocar nuevamente al pueblo y obtener del cabildo se prestase a reconsiderar ante otra reunión popular la sanción de la víspera… Se aproximaba el alba sin que aún se hubiese convenido sobre los elegibles. Hubo un momento en que se desesperó de encontrarlos. Gran zozobra y desconsuelo para los congregados en ese gran complot de donde nació la libertad de la República. La situación cada vez presentaba un aspecto más siniestro. En estas circunstancias el señor Don Manuel Belgrano, mayor del Regimiento de Patricios, que vestido de uniforme escuchaba la discusión en la sala contigua, reclinado en un sofá, casi postrado por largas vigilias, observando la indecisión de sus amigos, púsose de pie y súbitamente y a paso acelerado y con el rostro encendido de su sangre generosa, entró en la sala del club (el comedor de la sala del señor Peña), y lanzando una mirada altiva en rededor de sí y poniendo la mano derecha sobre la cruz de su espada: ¡ Juro dijo, a la Patria, y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde el Virrey no hubiese sido derrocado, a fe de caballero yo lo derrocaré con mis armas¡… Luego todos volvieron a ocuparse de los candidatos y cuando parecía agotada la esperanza, don Antonio Berutti pidió se le pasase papel y tintero y como inspirado de lo alto, trazó sin trepidar los nombres de los que compusieron la Primera Junta.”(16).
El tercer aspecto de esta última triada, refiere a la identidad entre el ideario de Mayo y el masónico.
Si reflexionamos un minuto sobre el simbólico y bello aserto del Libro de la Ley Sagrada - la Biblia-: “. . .por sus frutos los conoceréis”, no ha de resultar una temeridad afirmar que lo que el movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, no fue más que la manifestación externa del ideario humanístico de la masonería, sintetizado en su lema de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD.
El denominado “Espíritu de Mayo”, como ya se dijera, base y programa del ordenamiento constitucional argentino, reconoce como su más importante fuente a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, tan largamente trabajadas y estudiadas en la serenidad de los templos y bellamente labradas en el corazón de cada masón.
Para los masones, el “Espíritu de Mayo”, encarnación político-institucional del “Espíritu Masónico”, debe ser motivo de permanente recordación entre nosotros; de la misma forma en que la conducta de quienes precedieron ha de ser motivo de emulación; pero como la obra comenzada en mayo de .810 lejos está aún de ser terminada, es obligación de la ciudadanía argentina, preparada para ser del mundo y abierta a los desafíos de sus tiempos, continuar con esos trabajos.

CITAS:
(1) Gómez de Silva, Guido, Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Española, Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 691.
(2) Diccionario Universal Enciclopédico, Plaza y Janes editores, Barcelona, 1995.
(3) Bazot, M. , Manual de la Francmasonería, Angeres, 1845, Tomo II.
(4) Frau Aubrines y Rosendo Arúst Arderiú, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, Editorial Kier, Buenos Aires, 1962, T 2, p. 862.
(5) Pigna, Felipe, Los Mitos de la Historia Argentina, Grupo Editor Norma, Buenos Aires, 2004, p. 218.
(6) Idem., p 220.
(7) González Calderón, Juan, Derecho Constitucional Argentino, J. Lajouane Editores, Buenos Aires, 1930, T 1, p. 3.
(8) Belgrano, Manuel, Autobiografía, en Los Sucesos de Mayo, Ed. Jackson, Buenos Aires, 1945, p. 117.
(9) Luna, Félix, Historia Integral de la Argentina, Ed. Planeta, T 5, p. 380.
(10) Palcos, Alberto, Prólogo a los Sucesos de Mayo, op.cit., p. XVIII.
(11) González Calderón, Juan, op.cit., p.17.
(12) De Gandía, Enrique, La Independencia de América y Las Sociedades Secretas, Ed. Sudamérica - Santa Fe, 1994, p. 118 y ss.
(13) Idem., p. 125.
(14) Miller, John, Memorias del General Miller, Ed. Emecé, 1997, p. 259.
(15) Lappas, Alcibíades, La Masonería Argentina a Través de sus Hombres, Buenos Aires, 1966.
(16) Guido, Tomás, Reseña Histórica de los Sucesos de Mayo, en Los Sucesos de Mayo, op.cit., p. 185 y ss.

Invasiones inglesas




http://www.monografias.com/trabajos54/invasiones-inglesas/invasiones-inglesas.shtml

Maria Laura Grau lau_lennon@hotmail.com



1. Introducción
2. Antecedentes Lejanos de España e Inglaterra
3. Proyectos y secretos de la independencia
4. Primera Invasión Inglesa: 1806
5. Segunda Invasión Inglesa:1807
6. Consecuencias generales de las Invasiones Inglesas
7. Conclusión
8. Bibliografía



INGLATERRA PLANEA LA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA PRIMERA Y SEGUNDA INVASIÓN INGLESA A BUENOS AIRES

Introducción

Las Invasiones Inglesasen cualquier otra época de la colonia no tendrían importancia. Su gran influencia nace de la época en que sucedieron y por sus antecedentes forman parte integral de nuestra independencia , ya que si los ingleses hubiesen establecido un libre comercio con los españoles desde el siglo XVIII, los ingleses con su flamante comercio e industrias no hubiesen planeado una política favorable a la emancipación de América , pensemos que el comercio es la base de la civilización y tanto para Inglaterra como para los comerciantes americanos éste era un factor fundamental y más para Sudamérica, que estaba buscando su identidad. Es por eso que los españoles optan por un contrabando con América desafiando las trabas españolas.

En este año 2007 se cumple el bicentenario de la última invasión inglesa -en 1807-, es por eso nuestro interés en llevar a cabo esta investigación monográfica , haciendo un recorrido histórico desde los antecedentes lejanos entre España e Inglaterra hasta las consecuencias posteriores a la segunda invasión. Para esto utilizamos de guía a Carlos Roberts, ya que es un especialista en las Invasiones. Roberts indagó en los Archivos Nacionales y entre 1928 y 1930 realizó varios hallazgos documentales en Londres; también consultamos los fascículos de la revista Todo es historia, de Félix Luna, y nos basamos en el tomo de “La masonería en tiempos de independencia” , ya que la masonería como las logias mismas fueron de gran importancia e influencia para la independencia del Río de la Plata con España , además estas logias crearon la mentalidad de nuestros próceres llámense San Martin , Alberdi , Paso , Los Rodríguez Peña , Vieytes , entere otros próceres argentinos , lo que nos lleva a pensar que los que llevan a cabo la emancipación de América no fueron los criollos mismos , queremos decir con esto que no tenían una mentalidad “autóctona” propiamente de Buenos Aires o resultado del Virreinato de los españoles , sino por hombres educados en Europa e influidos por las logias o la masonería inglesa, masonería creada por Francisco de Miranda, al cual le dedicaremos un subcapitulo ya que fue un gran personaje en nuestra historia.

Citamos otros autores como Teresa Eggers que explica la historia a partir de 1806 a 2004 , esta autora alude a cómo los criollos a partir de las invasiones comienzan a tener peso en Buenos Aires , lo popular antes del siglo XVIII estaban reprimidos y en el siglo XIX es lo popular lo que va a tomar partida y a generar miedo a las autoridades del virreinato , ya que después de las invasiones que significaron en lo social :LA LUCHA , en lo político: UNA IDENTIDAD NACIONAL , en lo económico :LA LIBERTAD DE COMERCIAR ; va hacer que los criollos se sientan fuertes ya que si derrotaron a los ingleses que eran una fuerza extranjeras , también pueden con la fuerza ya debilitada local .Citamos otros autores como a Pierre Chaunu , a Fieldhouse que trata de los Imperios coloniales desde el siglo XVIII , a Carabaglia que trata a los pueblos , a Sergio Villalobos en su libro comercio y contrabando en el Río de la Plata y Chile , entre otros autores .

El objetivo de nuestra investigación es ver de qué forma las Invasiones Inglesasde 1806 y de 1807 influyeron en la Revolución de Mayo de 1810.



Capítulo I

Antecedentes lejanos entre España e Inglaterra

Hasta el descubrimiento de América en 1492, Inglaterra y España no fueron mayormente enemigas. Los ingleses estaban ocupados en la Guerra Civil de las Rosas que los tenia como protagonistas, y la guerra contra Francia, su enemiga de siempre. Mientras que los españoles mantenían una guerra contra los Moros.

Con el descubrimiento de América nació un intenso espíritu aventurero y de rivalidades en Europa. En cuanto a la posesión de América, España conquisto y colonizo primero, comenzando por las Antillas y continuando con América del sur, menos por Brasil.Los ingleses, por su parte, en el siglo XIX, se habían limitado al negocio de esclavos y al corso, bajo jefes tan universalmente conocidos como Hawkins, Cavendish, Drake, Fenton. Los ingleses veían mas conveniente saquear los barcos españoles cargados con metales preciosos, o los pueblos, en lugar de colonizar territorios en América. Este modo de proceder continuo hasta que la reina Isabel derroto a la invencible armada de Felipe II en 1588. Recién en 1606 los ingleses fundaron una colonia en América del sur, la de Jamestown, y a partir de 1620 se fueron fundando colonias inglesas puras (pues traía mujeres), completamente distintas de las fundadas por España y Portugal.

Las colonias inglesas en América del norte se dedicaron a la agricultura, las que se encontraban en las Antillas a la minería, el azúcar y el tabaco con excepción del rio de la plata que se dedico exclusivamente a la ganadería.

En 1667 los españoles quisieron hacer una alianza con Inglaterra, pero no se llego a concretar por que los ingleses insistían en participar de un comercio libre con las colonias de América .En una carta escrita por Carlos II de Inglaterra a su hermana el dice: “La cosa mas cercana al corazón de esta esta nación es el comercio, y todo lo que a ello pertenece”(1).

En cuanto a Buenos Aires en el siglo XVIIse la veía como la plaza mas apetecida por los extranjeros, y el punto mas estratégico de América.

(1)Roberts Carlos.Las Invasiones Inglesas. Buenos Aires. Emece. 2000.p 28.

.

Guerra de la Sucesión Española

La guerra de la Sucesión española (1702-1713) en la cual tomaron parte Inglaterra, España y Francia, concluyo con la victoria del Rey Felipe (Borbon) sobre el archiduque Carlos (Austriaco).

Esta guerra dio el predominio del nuevo mundo a Inglaterra, a expensas de España, pues en el tratado de Utrecht, en 1773, Inglaterra obtuvo el derecho de introducir durante 30 años, es decir hasta 1743, en la América española 4800 esclavos, pagando a España un derecho de importación de 7 libras por cabeza. Además al retorno podían los buques ingleses negreros llevar cargas de productos del país. Esta concepción fue transferida por la reina Ana, por 7.500.000 libras, a la South Sea Company, y esta haciendo uso de los derechos que daba el tratado, estableció en Buenos Aires uno de los principales mercados, en la Barranca del Retiro, ahora palacio de Ortiz Basualdo, bajada calle Maipú (2).

Desde ese tratado data la intensa rivalidad comercial entre Inglaterra y España, y no concluyo definitivamente hasta el reconocimiento de la independencia de buenos Aires por Canning en 1824.

Por lo pronto la la South Sea Company abuso tanto de sus privilegios, pues sus buques practicaban un enorme contrabando de importaciones y exportaciones, que en 1739 España declaro la guerra a Inglaterra, quien a su ves envió la expedición de Vernon durante tres años y tomo a Portobello en el istmo de Panama. Finalmente, en 1750, se firmo un tratado de paz, de acuerdo al cual España compensaba en dinero a la South Company por lo que había dejado de ganar en los cuatro años de guerra, termino legal del Tratado de Utrecht.(3)

Así obtuvo Inglaterra un triunfo de grandes proyecciones en el campo mercantil, que era el principal objeto perseguido:“Dejaba excluida a Francia y toda otra nación del comercio con las colonias de España, y de ese modo se adjudicaba el monopolio de la trata de esclavos, que servia de base a ua mayor penetración en América; y con el navío del permiso había otra posibilidad ara introducir sus productos. Quedaba en sus anos las herramientas necesarias para abordar el mercado hispanoamericano”(4).

Los ingleses en esta incursión de comercio empezaban a sentir y palpar el comercio y las grandes ganancias que podia obtener de América y mas aun sin España.

2.Roberts.op.cit.p.27

(3)Roberts.op.cit.p.20

(4)Sergio Villalobos. Comercio y Contrabando en el rio de la plata y Chile.Buenos Aires.Eudeba.1986.p.31.



Política Inglesa hacia Sudamérica

La guerra de la independencia de las colonias inglesas de Norteamérica, trascurrió desde 1775 hasta 1782, concluyendo con la victoria de las colonias. El rey de Inglaterra tardo un año en reconocer oficialmente la independencia de las colonias (5),y España tardo 36 años, ya que le causaba mucho temor que ahora Estados Unidos se expanda a expensas de las colonias españolas, cosa que luego sucedería.

Al finalizar la guerra de independencia de los Estados Unidos el general Pitt ingresa a la jefatura del gobierno ingles en 1776, fecha que coincidió también con la revolución industrial debida a la invención de la maquina a vapor como motor; todos estos acontecimientos y mas el ultimo ponen a Inglaterra incomparablemente superior al resto del mundo, tanto que sus producciones tenían venta mundial hasta con los países enemigos.(6).Pero esto no era suficiente ya que los españoles restringían mucho a sus colonias, por ello para el general Pitt lo esencial era la independencia de las colonias españolas, por ello Pitt fue el iniciador de la política de independencia en Sudamérica

Pero antes que Pitt hubo otros proyectos el primero es el que hace el gobierno Pullent, quien en 1711 durante la guerra de sucesión española, escribe al conde de Oxford diciendo que el Rió de la Plata es el mejor lugar en el mundo para formar una colonia inglesa.(7)

En 1741 el Almirante Vernnon después de su ataque infructuoso a Cartagena informo a su gobierno que en su opinión era necesario favorecer la emancipación de las colonias españolas para abrir sus mercados a los negociantes de Londres (8). En 1742 hubo movimientos de opinión en Perú y en México por el resultado de Vernnon, fue llevada a Londres la idea y se organizo una expedición, pocos años después Perú también quiso formar el nuevo imperio Inca, el gobierno ingles los analizo pero ninguno tuvo éxito. Además estas ideas revolucionarias crearon revueltas en la mayoría de las regiones. Por lo pronto el gobierno ingles en 1780 aprobó un proyecto para atacar a Sudamérica, porelAtlántico desde Europa y por el Pacifico desde la India

5 Roberts.p.41

6.Villalobos.op cit.67

7.Roberts.op cit.p 42

8. Loc. Cit p.42



Política económica desde Inglaterra.

La revolución industrial que dará la característica de la época contemporánea, mas que la revolución doctrinaria francesa de 1789, se convertirá en el imperialismo mercantil que dominara el mundo, apoyado en el monopolio de hilados y tejidos baratos.

Las maquinas producen por 300 hombres.El costo disminuye, desaparecen los talleres artesanales y empiezan las manifestaciones económicas del gran capitalismo: Financiacion, concentración del capital, producción, “Standard” y barata.Tambien los resultados sociales: desvarolizacion del trabajo, rebaja de salarios, empleo de mujeres y niños,condiciones insalubles en las fabricas.

Inglaterra no era la misma del siglo anterior.Su producción es superior al consumo, y el excedente debe colocarse afuera. Esta nueva Inglaterra ahora busca materias primas para que a sus células ya se las llamen: Manchester o birminghan. Pit define: Para Inglaterra defender el comercio o perecer (9). Esta frase de Pitt nos hace ver el posicionalismo de Inglaterra frente al mundo,o bien se buscan caminos o bien el comecio y la industria se dejan a la deriva,sin buscar puntos estratégicos.

Mientras trataba de conquistar Europa comercialmente, pocos resultados favorables conseguia con America. En America del Norte vendian algodón, pero no aceptaba sus tejidos manufacteros, y la America española no parecia dispuesta a aceptar las confecciones manufacturadas, aunque vinieran envueltas en promesas de independencia.

El objetivo era encontrar consumidores, obtener materias primas y asegurar el dominio del mar, asi como de puntos estratégicos en las rutas comerciales. La America española llego a ser uno de los principales objetivos para la solucion a estos problemas.

David Fieldhouse en su libro Los Imperios coloniales desde el siglo XVIII señala que en la Inglaterra en el siglo XVIII no predominaba la idea de crear colonias,como España, sino que para el ingles lo importante era “lo estratégico”, todas sus posiciones tenian importancia para la supremacía naval, comercial y de producción (10). Para Inglaterra, que era uan potencia naval y económica, quedarse solo en una colonia y explotarla no era el objetivo ni la meta; su objetivo era preservar su estrategia en los diferentes puntos, iban mas alla de asentarse en una colonia. Tambien Fieldhouse alude a esta estrategia nombrando algunos puntos precisos de asentamiento ingles: Conservaron Trinidad en 1802 porque optimo para el contrabando en el Mar Antillano, conservaron la Guayana, Tobago y Santa Lucia por su ubicación, y en África, el Cabo Buena Esperanza para las comunicaciones con el Oriente. (11)

9.Villalobos.op.cit.p.69

10.Fieldhouse .los imperios colonials del siglo XVIII. Buenos Aires .ed. siglo veintiuno .1977.p99

11.loc cit.p.99



Sistema de gobierno colonial hispano y organización social.

En principio America pertenecia al rey, quien gobernaba con ayuda del consejo de indias en lo político, y por medio de la casa de contratación de sevilla, en lo comercial. El virrey representaba al rey, y tenia a su lado a la audiencia, compuesta de españoles, que servia como consejo y también como tribunal de apelación. También en 1794, existía en Buenos Aires el consulado. Para su mejor gobierno el virreinato estaba dividido en intendencias, con sus respectivos gobernadores, siendo estas la de Buenos Aires, que comprendía a la Banda Oriental, Patagonia, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes; la de Salta que incluia a Jujuy, Tucuman, Santiago Y Catamarca; la de Cordoba en que estaban Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja; la del Paraguay y varias otras en lo que es hoy Bolivia, tales como La Paz, Potosí, Cochabamba, y Charcas. (12)

El gobierno municipal estaba en manos de los cabildos, cuerpos que tenian cierta popularidad porque eran formados por personas del lugar, obviamente por españoles. No había otro órgano popular, porque eran nombrados por el rey o por el virrey.

En casos de conmoción popular y para legitimar en cierto modo las revoluciones locales, los cabildos podian declararse abiertos, unos ejemplos clásicos son el cabildo del 14 de Agosto. De 1806, que insistio en que Liniers fuese jefe de la guarnicion., el de 1807 que destituyo a Sobremonte, y el del 22 de Mayo de 1810, que nombro una junta para sustituir al Virrey Cisneros.

La falla fundamental del gobierno español en sus colonias fue en vez de tener como objeto principal la felicidad de sus colonos., tenia como fin sacar de ellos todo el tesoro posible, esto tiene que ver que ya en España el gobierno era malo porque no habia control, habia fraudes financieros, contrabando de las mismas autoridades y como señala Roberts: “Era una tirania humanizada por la coima”. (13)

La gran riqueza del Rio de la Plata era la ganaderia, los cueros del Rio de la Plata tenian fama mundial , Antonio Brailovsky, en su libro “Memoria verde” alude a que los cueros del Rio de la Plata se exportaban por año trecientos barcos con mas de un millon de ellos, sin contar la carne seca y salada (14).

Estados Unidos comerciaba dichos cueros con los españoles, pero los ingleses debido a su dominio en el mar, hacian todo el comercio por contrabando y en conveniencia con los comerciantes y autoridades espeñolas com ya lo hemos mencionado anteriormente. Este comercio contrabandista tendia a popularizar “ideas de independencia” ademas de que los hijos de los comerciantes enriquecidos enviaban a sus hijos para ser educados en Francia, España, etc. Y estos a su vuelta traian idea de libertad de alli. La población era de 12.000 habitantes (15). Su costo de vida era bajo y no eran independientes. Juan Carlos Caravaglia en su libro “Reducciones y pueblos de indios” menciona una cierta particularidad de la población... “Los indios no manejaban dinero ni participaban en ningun aspecto organizativo. Los artesanos entregan el producto de su trabajo a cambio de bienes muebles y del permiso para usar los inmuebles de la orden. Los agricultores estan adscriptos a la tierra, en forma similar a los siervios da la gleba en Europa. Se reglamenta cada instante de sus vidas, e incluso, por las noches, una campana despierta a los casados para recordarles su obligación de procrear”.(16)

Esta gran descripción de Caravaglia nos demustra la falta de independencia del poblado y la rigidez del sistema, rigidez que se preparaba para una flexibilidad y liobertad de la población.

Años antes de 1810 existieron albores revolucionarios que contaron con el apoyo del elemnto nativo y en general tuvieron visibles tendencias emancipadoras. En el siglo XVIII se produjo en el Paraguay la revolucion de los comuneros, cuando la audiencia de charcas envio a Asunción en el año 1721 a Jose de Antequera quien con el apoyo de la población se hiso cargo del gobierno. El desde el comienzo se opuso a todo poder despotico y vencio a los realistas en la batalla de Tebiquary

Fue Antequera quien organizo el partido de los comuneros, con el cual logro deponer al gobernador pero callo apresado. Lo mismo ocurrio en Socorro que pertenecia al virreinato de nueva granada donde los pobladores se negaron a pagar impuestos reestablecidos por dos criollos, dicha negacion se medio y desistio con la promesa del cabildo da reducir impuestos. Otro caso es el de Tupac-Amaru quien trato de terminar con el orden despotico de los corregidores de indios tomando uno de ellos y matandolo frente a todos, luego su objetivo fue el Cusco pero los realistas terminaron con su vida decapitandolo y despedazando su cuerpo, esto ultimo remarco la represion.

Como se puede observar todas estas revueltas no tuvieron éxito, pero de algun modo preceden en lo que culmino en 1810 en una agiotacion revolucionaria en los dominoos hispanos, aunque sin éxito no hay que verlo como un fracaso de parte de los nativos sino como el punto de partida del agotamiento, la rebelión, los derechos y la ruptura del sistema hispano,

12.Roberts.opcit.p107.

13.Roberts.opcit.p108.

14.loc cit.p.108.

15. Brailovsky, Antonio,e.Memoria verde .Buenos Aires .sudamericana .1991.p.88.

16.Caravaglia , Carlos . reducciones y rublos de indios .Buenos Aires .emece.1986.p67



Capítulo II

Inglaterra proyecta y América se prepara

La dependencia del Rio de la Plata era un absurdo que no padia continuar económicamente , logicanente si un pais tiene colonias debe ser para completar su economia t generalmente esto conciste en tener fabricas en la Metrópoli que necesitan se las materias primas de la colonia . Este no era el caso de España poraue no era un pais industrial , pero si el caso de Inglaterra que tenia grandes fabricas como ya lo hemos mencionado anteriormente y necesitan del Rio de la Plata sus materias primas y el Rio de la Plata sus manufacturas . El Rio de la Plata aunque políticamente era colonia de España , en lo economico era colonia inglesa y como las leyes restringían todo comercio de intercambio con Inglaterra , esta opto por el contrabando , por eso era el interes de sacar a España del medio y también ara el interés de los comerciantes del Rio de la Plata . Habia tres opciones o bien que España establesca un libre comercio o bien por la anexión del Rio de la Plata al Imperio Ingles o bien por la independencia del Rio de la Plata , el primer caso era difícil ya que los españoles no aceptarían , el segundo caso a Inglaterra no le convenia ya que tenia la experiencia con las colonias inglesas de America del norte , actual Estados Unidos y entonces quedo como ultima alternativa tratas de independizar a las colonias americanas.

Asi como para Inglaterra era primordial el comercio y buscar puntos estrategicos , también lo era para la población americana ya que” el comercio es la base la civilización” y como tal le da identidad a la población , en este caso America debia librarse de las trabas españolas para obtener una identidad, identidad que con ayuda de Inglaterra lo conseguira .

El proyecto de Miranda

Francisco Miranda fue un personaje que influyo en la independecia de América y es por eso que no lo podemos dejar de lado en nuestra investigación .

Nacio en Caracas en 1750 , entro en el ejercito español ,. En 1781 durante la Guerra de independencia de los Estados Unidos , fue ayudante del gobernador de Cuba y en 1782 , en el ataque a las Bahamas ayudo a los Estados Unidos . En el mismo año fue dado de baja por contrabando . 17. Libre de España empezo a planear la independencia de Sudamérica , hizo propaganda de ello en Europa en 1789 va a Inglaterra a unirse con Pitt en un plan de accion para independizar a America . El plan consistía en en obrar en las colonias españolas , mientras España e Inglaterra estaba en guerra con España por el asunto de Nootka (Estrecho al norte de California ) .Miranda fue el eje de los movimientos revolucionarios de Sudamérica , como tambien el intermediario con Inglaterra como señala Roberts: “sus propuestas eran:que Inglaterra tome junto con los Estados Unidos posecion de varios puntos estrategicos en America y los declarara independientes de los españoles y ademas ayudara a sus habitantes a formar gobiernos propios .

Miranda a cambio le ofrecia a Inglaterra recibir grades ventajas comerciales y el Istmo de Panama. El gobierno español se entero de tal proyecto ya que tenia espias en Londres , cuando lo confirmo aviso a sus colonias , para cundo los ingleses desembarcaron ya estaban listas las tropas de Montevideo y de Buenos Aires .L o que sucedió es que antes de que las tropas zarparan el asunto Nootka ya se habia arreglado , lo que Mirarnsa se sintio defraudado por Pitt . . Miranda defraudado por Pitt sirvio a las tropas de francia , pero siguió vincilandoce con Londres y siguió ocupandose de los asuntos de independencia de America .

Miranda no lo hacia por devoción a Inglaterra , sino porque queria un gobierno para AmericaL libre y equitativo , pero para lograrlo el pueblo necesitaba de una preparación y pensaba que era Inglaterra quien se la podia dar . Miranda no comprendia que su ideal economico era una colonización igual y peor a la de España , ya que la palabra independiente no era literalmente entendida como su significado lo indica , la libertad era para unos pocos no para los laboriosos y sacrificados habitantes de America que seguirian siendo colonias pero con otro diueño :Inglaterra .

Miranda en 1797 , creo en Francia una especie de convencion Sudamericana , con alñgunos Jesuitas y otros integrantes de America .Este congreso resolvio que Miranda vueva con Pitt , para obtener la independencia de America , A partir de firmar un tratado entre Inglaterra y Estados Unidos , a cambio miranda ofracia a Inglterra dice Roberts 30 millones de libras que la pagarian los sudamericanos . En principio tanto Inglaterra como Estados Unidos aceptaron el tratado , pero en 1799 el plan lo dejaron de lado diendo que America del sur no estaba preparada para la independencia .

17.Roberts .op.cit p.53



Proyecto de Nicolas Vansittart

Después del primer proyecto de Miranda en 1789, Nicolas Vansittart, secretario del tesoro presento a Pitt un proyecto de expedición hacia America, parecido al de Miranda, pero mas extenso, pues incluia una gran expedición que saldria de la India para la costa oeste de America, tomando el paso de Filipinas. Para ello se necesitaba el apoyo de Estados Unidos, al cual se le ofreceria Florida y la Luisana 18.

Pitt y su gabinete aceptaron el plan con gran entusiasmo, como tambien los Estados Unidos.

En consecuencia, de la India salio un ejercito, el coronel Picton, gobernador de Trinidad envio a las colonias españolas vecinas una carta donde decia que Inglaterra sola no podia conquistar y que ellas debian ayudar . En 1797 este proyecto se tubo que abandonar , ya que desde 1796 España y Francia le habian declarado la guerra a Inglaterra y los sucesos de Europa dejaban a Inglaterra en estado critico. La amargura de Pitt puede verse en un parrafo de su carta dirigida al ministro de marina citada por carlos Roberts: “Excuso decir a su señoria, que conoce todos mis pensamientos en el asunto, que jamas en mi vida he acercado mi pluma al papel con mas repugnancia como lo hago ahora, para bandonar un plan de operaciones que prometia al pais tan alentadoras perspectivas de gloria y de permanentes ventajas”19. En las ultimas partes de la carta vemos que la amargura de Pitt no esta centrada en los sucesos de Europa, ni en sus enigmas: España y Francia, sino en el comercio perdido, aquí esta claro el objetivo ingles del que veniamos hablando anteriormente.

Aunque este proyecto fracaso hay que destacar que las cartas y enunciados que envio Picton a las colonias españolas, enunciando la independencia tuvo sus incidencias en las colonias, no nos olvidemos que fueron escritas muy cerca del siglo XIX: siglo de revoluciones en America y el siglo XVIII fue precursor de dichas revoluciones, lo que queremos decir es que dichas cartas aunque no cumplieron su fin, si tuvieron peso indirectamente en la población.

En 1803, Vanssitart presento a Pophan a Miranda. Pophan apreciaba los proyectos de Miranda y decidio consumarlo, pero en 1804 Pitt lo rechaza porque estaba en peligro, ya que Napoleón queria invadirla.

18.Fieldhouse.op. cit. Pp 87.

19Roberts.op.cit.87



Logias

Aunque hubo desde mucho tiempo hombres que pensaban en la independencia de la America española, se puede decir que después de la independencia de Estados Unidos, en 1776, y la revolucioon francesa, en 1789, estas ideas empezaron a tomar forma, y a ser vistas como una accion futura, Las comisiones que se formaron debian ser logias secretas para que los españoles no sospechasen nada al respescto, por ello no tenian archivos, ni siquiera sus miembros daban datos de ellos mismos.

Roberts dice que Miranda en 1774 fundo una logia en Madrid destinada a la independencia y que Belgano tambien inicio una logia alli 20. Esto demuestra que las ideas de independencia repartidas por todo el mundo, son producto de la revolucion francesa, asi como tambien la declaracion de los derechos humanos de la asamblea constituyente de Francia circulo en Buenos Aires. Siguiendo a Roberts en nuestra investigación de las logias secretas Miranda que llevaba su ideal de independencia a Sudamerica empezo a obrar por medio de logias y formo la Junta de diputados de los pueblos y provincias de America Meridional”, compuesta de americanos recidentes en España y Americanos del Peru a la cual en 1807la llamo con juracion de patriotas en la que entraron muchos criollos y militares, entre ellos San Martin.21

Si nos fijamos y analizamos las logias creadas en este caso por Miranda e integradas por americanos, vemos que la iniciativa de la independencia de America, exceptuando America del norte, no fue dada por los pueblos mismos de America, aunque Miranda era venezolano estaba del lado europeo y mas del ingles, con esto queremos decir que este punto de formar logias secretas vuelve a ser una iniciativa de tipo europea e indirectamente inglesa, porque Miranda aunque no estaba ya con Inglaterra, siempre iba a pedir para sus epediciones ayuda a Pitt, o sea a Inglaterra, Y hay otro dato mas que nos aporta Roberts, en Londres estaba el centro de todas las logias, denominado por Miranda: “Logia Americana” 22.

Ademas de America, los franceses formaron una logia en Buenos Aires, donde probablemente estaba Pueyrredon. Dice Felix Luna en “Todo es historia”, en el tomo “La Masonería” que se cambio el nombre de la logia de Londres por el de Sociedad de Lautaro y luego al expandirse a España se llamo “La Sociedad de las caballeros racionales” y que casi todos los procers de la independencia habian estado en ella, pero tambien Felix Luna alude a que San Martin y Alvear crearon varias logias en Buenos Aires copiando a las logias de Londres 23. Siguiendo con el analisis de las logias y el analisis de Felix Luna, observamos que las ideas y revueltas de America seguian la linea de las logias de Londres, aquí en Buenos Aires, esto quiere decir que no eran lineamientos americanos, ni siquiera los procers tenian una formación americana, por eso con las logias queriamos dejar en claro la incidencia que tuvo en nuestra independencia. Como lo señala Felix Luna “La Masonería Inglesa” promovio y controlo el proceso de la independencia americana y San Martin que encarno las virtudes mas exaltadas de la nacionalidad argentina fue producto de esta Masonería Inglesa 24.En 1802 en buenos Aires se formo un núcleo que mas tarde encabezaria le independencia de 1810, entre ellos Castelli, Los Rodríguez Peñas, Paso Alberdi,Vieytes, entre otros, esta logia se llamo Independencia, esta lista de grandes personajes tomada de Felix Luna (25) nos muestra lo anterior dicho: que los grandes proceres fueron formados a partir de los lineamientos de las logias inglesas” .

20.Roberts.opcit .p 128

21.loc cit.p128

22.loc cit p.128

23.Luna .op cit .p.58

24.loc cit.p .58

25.loc cit.p.58



CAPÍTULO III

Primera Invasión: 1806

En efecto, la decisión de lanzar una invasión al Río de la Plata fue una iniciativa personal del Comodoro Sir Home Popham. Popham ,la paz de Amiens de 1802 detuvo los proyectos, que habían interesado al gobierno británico. Popham había apoyado estos planes, e incluso había presentado un proyecto en noviembre de 1803 que incluía la conquista de Buenos Aires.
El gobierno inglés no concedió ayuda a Miranda. Cuando gracias a la victoria de Trafalgar la armada inglesa adquirió mayor libertad de maniobra, el ministro de guerra lord Castlereagh prefirió lanzarse a la conquista del Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur del continente africano, que estaba débilmente defendido por los holandeses. Popham fue designado para encabezar la flota, y el mayor general sir David Baird fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas expedicionarias británicas. Habiendo logrado la conquista de Ciudad del Cabo el 25 de julio de 1805, e inspirado por las ideas de Miranda, Popham renovó su proyecto y se dirigió hacia el Río de la Plata por su cuenta, aunque con la anuencia de su jefe, el general Baird. Popham obró a pesar de la orden de Pitt del 29 de julio de 1805, de suspender “toda operación hostil a España en Sud América”. Lo hizo sin saber que Pitt había muerto en enero de 1806, confiado del éxito, y creyendo que a pesar de su desobediencia, éste lo recompensaría por sus servicios y el fracaso de Miranda en Venezuela, Luna Felix señala que el gobierno británico necesitaba políticamente de un éxito como compensación.35. No se equivocó demasiado, ya que enfrentado al hecho consumado, el gabinete inglés apoyó la decisión de Popham, y entusiastas londinenses le obsequiaron un sable de honor. Por otra parte, el secretario de guerra lord Windham dio órdenes claras de que las fuerzas británicas no debían comprometerse con los esfuerzos de los revolucionarios sudamericanos, demostrando que había habido cierto giro en la política del Reino Unido después de la muerte de Pitt.
Popham se lanzó a su aventura porque creyó que existía un conflicto de intereses en el Virreinato del Río de la Plata, entre el gobierno español, que se oponía al libre comercio, y los comerciantes que lo deseaban. Pero esto -que provenía de las ideas de Miranda y de la insuficiente información de inteligencia que poseía Popham- era solamente cierto respecto de las ciudades costeras. Además, la Iglesia se convertiría en un duro enemigo de los "herejes" británicos.
Las probabilidades de éxito de Popham eran aún menores porque, debido a las am,bisiones militares del general Baird (su jefe en Ciudad del Cabo), se le ordenó que nombrara Vicegobernador de Buenos Aires al comandante de las fuerzas invasoras, General William Carr, vizconde de Beresford. Esta imposición, que no formaba parte de los planes iniciales de Popham, impidió la posibilidad de proclamar la independencia del invadido virreinato. Felix Luna tambien alude a que los ingleses llegaron como conquistadores y no como libertadores, como lo hubiera deseado Popham y lo deseaban algunos porteños.26 Por cierto, el hecho de que la invasión fuera conquistadora defraudó las expectativas generadas por agentes británicos que habían visitado Buenos Aires en 1804, comoJames F. Burke y Thomas O'Gorman. Estos habían difundido las ideas de Pitt, especialmente en lo que se refiere a la independencia de las colonias americanas de España.

Muchos porteños estaban en contacto directo con Miranda, y esto también los condujo a creer que el Reino Unido favorecería sus aspiraciones de independencia. Por consiguiente, hubo muchos decepcionados por el hecho de que al apoderarse de Buenos Aires los ingleses la declararan incorporada al Imperio Británico.
Por otra parte, para afianzar su conquista los británicos tampoco estaban dispuestos a poner en marcha una revolución social (por ejemplo, liberando esclavos), porque eran demasiado conservadores para una maniobra de ese tipo. Este conservadurismo también obró en contra de las posibilidades de éxito de los ingleses .Roberts sostiene que el peligro de que los ingleses desencadenaran una tal revolución no se le escapaba a los más perspicaces entre los porteños, a tal punto que el patriota Juan Martín de Pueyrredón hizo correr el rumor de que los ingleses se proponían soliviantar a las castas oprimidas, con el objeto de generar miedo en la población criolla y despertar aún más oposición contra los invasores.27.Esto genero como consecuencia de la suma de todos estos factores, la oposición local a los británicos fue prácticamente unánime.
26.Luna .op cit .p 75. .

27.Roberts.op cit .109



Llegada a Buenos Aires
En Abril de 1806 parte del Cabo de Buena Esperanza, una escuadra naval compuesta por cinco navíos de guerra e igual cantidad de buques de transporte, todos con bandera inglesa y a las ordenes del Comodoro Home Popham; las tropas que transportaban se encontraban al mando del Brigadier William Carr Beresford.

Antes de partir, los tres mas altos jefes de la expedición habían convenido en distribuir los tesoros, que sospechaban encontrar en Buenos Aires. Y que según las leyes navales inglesas, los caudales eran "Buena Presa" ; el convenio reservo al Mayor General David Baird, la cuota del jefe por haber autorizado la misión.

En Junio de ese año confirman sus sospechas cerca de Montevideo, a través de un escocés llamado Russel, que viajaba como pasajero en una goleta de bandera portuguesa.

El 25 de Junio los ingleses desembarcan en Quilmes, y ocupan la ciudad de Buenos Aires con poca resistencia. Se establecen los términos de la capitulación, en los cuales los británicos exigen la entrega de los caudales reales; pero estos habían sido enviados a Luján por orden del Virrey.

El 05 de Julio el tesoro esta en Buenos Aires, y doce días mas tarde la fragata Narcissus zarpa hacia la Gran Bretaña con su valiosa carga. El 12 de Septiembre llega el tesoro a Portsmouth, y en ocho enormes carros (c/u llevando 5 toneladas de pesos plata), parte hacia Londres, donde es recibido con un enorme jubilo, y es depositado en el Banco de Inglaterra para su posterior distribución. Lo que los ingleses no se imaginaban en esos momentos, era que Buenos Aires había sido reconquistada un mes atrás. Esta acción había sido llevada a cabo por el entonces Capitán de Navío Don Santiago de Liniers.

Recién en 1808 señala la autora Eggers,” los ingleses pudieron repartirse el botín, y después de que un fallo de las autoridades inglesas acordara las sumas correspondientes a cada uno.Siendo un total de 296.187 libras, 3 chelines y 2 peniques; que se repartieron entre 2841 participantes de la invasión a Buenos Aires (1235 del Ejercito y 1606 de la Marina).El Mayor General David Baird recibió 35.985 libras; el Brigadier William Carr Beresford 11.995 libras; y el resto se distribuyo aproximadamente en 7.000 libras para los Jefes Superiores de tierra y mar, 750 para los Capitanes, 500 para los Tenientes, 170 para los Suboficiales y 30 libras para cada Soldado o Marinero(…)28 Los ingleses no sabían cuánto tiempo iban a quedarse en Buenos Aires, pero sin duda sus cálculos iban más lejos que aquellos cuarenta y seis días que duró su gobierno. Bersford no produjo actos administrativos ni políticos: más bien de acuerdo con la conmoción que suponía esta ocupación, procuró garantizar la continuidad de los con un solo ojo. En menos de cuarenta y ocho horas, las fuerzas inglesas ocuparon el fuerte: los intentos de ofrecer resistencia descubrían la precariedad de las defensas militares deBuenos Aires. Los españoles siempre habían temido un desembarco inglés, y las medidas tomadas para evitarlo, o para el comercio comenzaría la tan deseada "era de felicidad y prosperidad en estos países", los cambios más drásticos fueron precisamente en este terreno. Las reglamentaciones para el comercio fueron similares a las que regían en otras colonias británicas, y la reducción de impuestos tendería a ampliar el circulo de comerciantes que no desaprobaban la presencia inglesa.

28. Eggers.op cit.p 89



Lo popular comienza a tener peso

Como es bien sabido en la Argentina, las fuerzas de Beresford, que eran esperadas en Montevideo, desembarcaron inesperadamente en Quilmes. Ante la emergencia, el virrey Sobremonte huyó con el tesoro a Córdoba, designándola capital del virreinato el 14 de julio de 1806. Rápidamente, el 27 de julio los invasores se apoderaron de la ciudad de Buenos Aires. Decretaron la libertad de comercio, ofrecieron garantías a los habitantes, les aseguraron el respeto a la propiedad y el derecho de ejercer la religión católica, y los eximieron de la obligación de combatir contra su país. También les ofrecieron la nacionalidad británica, y declararon que el Cabildo y los magistrados continuarían en el ejercicio de sus funciones. Por otra parte, exigieron el juramento de lealtad al rey Jorge III a las autoridades civiles y eclesiásticas, a los comerciantes y a los vecinos principales, lo que causó un revuelo de indignación entre la gente común, como veniamos hablando anteriormente la iniciativa de la revolucion fue inglesa pero las iluciones fueron americanas.
Tal como se sugirió anteriormente, la oposición de la Iglesia al "hereje" y la fe católica de la población fueron importantes factores en la gesta de la reconquista, en la que más allá de la complicidad de algunos vecinos principales estuvieron unidos españoles y criollos. La huida de Sobremonte y la rendición militar, por otra parte, habían desprestigiado enormemente a las autoridades, quedando el Cabildo como la única autoridad que gozaba del respeto popular. Liniers se hizo cargo del mando militar por mandato de éste, y "a nombre de Carlos IV".
Gracias principalmente al fervor popular, Beresford fue derrotado y se rindió el 12 de agosto a las fuerzas organizadas por Santiago de Liniers. La contienda, sin embargo, estaba lejos de estar resuelta, ya que la escuadra de Popham bloqueaba el Río de la Plata. Al día siguiente de la Reconquista, ausente el virrey, el Cabildo, tomándose atribuciones que eran jurídicamente dudosas, convocó a los vecinos principales a un Congreso General para "afirmar la victoria". Con el entusiasta apoyo de dos grupos de activistas, uno de criollos y el otro de españoles seguidores de Martín de Alzaga, la asamblea exigió la sustitución del virrey Sobremont. No obstante, porque el Cabildo no estaba facultado legalmente para sustituir al virrey, se optó por pretender que éste estaba enfermo, y se designó a Liniers comandante militar de la plaza, como teniente del virrey Este evento, acaecido el 14 de agosto de 1806, fue de una enorme significación en tanto, aunque intentaran disfrazar los hechos, los funcionarios reales vieron torcida su voluntad por la presión popular y la decisión de un órgano subalterno de gobierno como el Cabildo. Hasta aquí vemos que la influencia inglesa en el pueblo no fue en vano ni de poca incidencia desde el siglo anterior ,mas allá de que existiera una oposición ahora con los ingleses . Como consecuencia, el virrey consintió en delegar el gobierno militar de Buenos Aires en Santiago de Liniers y el gobierno político en el regente de la Audiencia, Lucas Muñoz y Cubero, mientras estuviera ausente de la capital. Cuando se produjo el anuncio de que el virrey deseaba regresar a Buenos Aires, Pueyrredón se dispuso a detenerlo con un grupo de húsares, mientras el pueblo se preparaba para impedir su entrada en la capital. En Buenos Aires reinaba un fervor popular que era a la vez patriótico y militarista. En alguna medida, las masas estaban ocupando un lugar que nunca antes habían tenido, y que luego no abandonarían por muchas décadas. Liniers organizó la defensa con enorme apoyo de la población, pero en un contexto en el que era la tropa la que proponía a los jefes. Más aún, dice Roberts que varios caciques ofrecieron al Cabildo alrededor de 30.000 indios guerreros, armados y con cinco caballos cada uno, oferta que el Cabildo optó por (agradecidamente) dejar para un momento más "oportuno" debido al peligro que representaba llevar semejante fuerza indígena a la ciudad.29.
Por otra parte señala Felix Luna que inmediatamente después de producida la reconquista Beresford y Liniers mantuvieron varias entrevistas en las que convinieron un armisticio secreto por el cual los soldados británicos podían embarcarse con sus armas en sus propios transportes, para ser canjeados por prisioneros españoles en Europa. Sin embargo, cuando Beresford quiso poner en práctica este arreglo, el gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro, le negó su colaboración, a la vez alentado y exigido por las masas que, movilizadas y en armas, habían hecho posible la reconquista.39. En efecto, cuando la opinión pública se enteró del armisticio convenido entre Liniers y Beresford, hubo sorpresa e indignación, ya que la rendición incondicional del segundo cuando izó la bandera española en el Fuerte había sido presenciada por mucha gente. El general británico se resistía, sin embargo, a renunciar a tan conveniente arreglo, y el 31 de agosto Beresford ordenó a sus oficiales que se abstuvieran de dar su palabra de no combatir contra España si no se cumplía el armisticio.30. Por su parte, el 6 de septiembre el gobernador Ruiz Huidobro comunicó a Popham que la capitulación con Liniers era nula por haberse firmado cuatro días después de la rendición. Ya para ese entonces había llegado al Río de la Plata una nueva escuadra británica, con 61 buques y alrededor de 11.000 soldados, que se lanzaron a la ocupación de la Banda Oriental para facilitar un nuevo asalto a Buenos Aires. En febrero de 1807 caía Montevideo. El clamor general exigía la internación de los prisioneros, que ante la nueva arremetida británica eran un peligro para la seguridad del país, pero aun en esas circunstancias Liniers no aprobaba la internación. En vista de la actitud de éste, la Audiencia y el Cabildo pidieron su reemplazo a Madrid.

29.Roberts.op cit. p 89.

30.Luna op cit.p 7



Capitulo IV

Segunda invasión inglesa

el envío de la nueva escuadra a Buenos Aires respondió al entusiasmo producido en Londres por el éxito inicial de la expedición de Popham y por el rumbo dado a la política exterior después de la muerte de Pitt. En realidad, la nueva escuadra reunió a varias fuerzas que previamente habían tenido otros destinos. Entre ellas, por ejemplo, se encontraba una expedición de 4.200 hombres al mando del brigadier Crawford, desviada al Río de la Plata pero que originalmente se dirigía a Chile, y cuyo primer objetivo había sido establecer una fuerte posición militar en el Pacífico. Otra fuerza, al mando del brigadier general Samuel Auchmuty, había partido de Falmouth el 11 de octubre de 1806 con 3.800 hombres; y poco antes había zarpado aun otra escuadra, al mando del contraalmirante Stirling, el reemplazante de Popham. El teniente general John Whitelocke fue designado jefe de todas las fuerzas británicas en el Río de la Plata, y zarpó rumbo al mismo con 1.600 hombres y una escuadra poderosa al mando del almirante Murray. Felix Luna señala “ Las instrucciones eran claras: establecer una posición de fuerza en la costa desde donde emprender operaciones futuras, y no fomentar ningún acto de insurrección, demostrando a la vez las ventajas del gobierno británico y de la unión con su imperio.(…)31.
Las fuerzas británicas llegaron paulatinamente, y el 5 de enero Auchmuty y Stirling resolvieron abandonar Maldonado y atacar Montevideo, penetrando en ésta el 3 de febrero. Como una represalia por la falta de cumplimiento de la capitulación con Beresford, la población de Montevideo fue tratada con dureza, tomándose prisioneros a muchos oficiales y soldados, incluyendo al gobernador Ruiz Huidobro, que fueron embarcados para Gran Bretaña.
Con la toma de Montevideo, por otra parte, la ya muy desprestigiada autoridad real en Buenos Aires se desmoronó. El clamor por la destitución del virrey Sobremonte alcanzaba a los vecinos principales, los militares, y por supuesto al pueblo. El 10 de febrero Liniers convocó a la Junta de Guerra, asistiendo a la reunión en el Fuerte las autoridades y algunos vecinos. El comerciante español Martín de Alzaga tomó la iniciativa de pedir la deposición de Sobremonte, y se resolvió que el Cabildo solicitaría a la Audiencia la suspensión de sus funciones y su arresto. Incluso recaía sobre él la sospecha de complicidad con los británicos debido a que se había negado a entregar a Liniers cabalgaduras para la defensa de Montevideo. Como medida temporaria, la Junta General lo suspendió de sus cargos de virrey, gobernador y capitán general, deteniéndolo y confiscando también sus bienes.
El regente de la Audiencia se hizo cargo del gobierno y nombró a Liniers comandante de Armas y brigadier de la Real Armada, "con el mando de la ciudad de Buenos Aires y su territorio, interinamente hasta nueva orden Real". Más tarde, conocidos en España los episodios de la reconquista, la corona resolvió enjuiciar a Sobremonte por la entrega de Buenos Aires, y designó virrey interino a Pascual Ruiz Huidobro, que estaba en Gran Bretaña, preso de los ingleses. Más allá de esto señala Felix Luna, que lo que estaba cada vez más claro era que la autoridad real estaba completamente devaluada en el Río de la Plata, en el que en la práctica, aunque acosado por los ingleses, imperaba la autodeterminación..

31.Luna.op cit .p.86



La derrota de los Ingleses

El general Beresford, prisionero en el Río de la Plata, conspiraba con algunos patriotas para escaparse arguyendo que en realidad Gran Bretaña deseaba la independencia de esas provincias, y que él era el único que podía evitar un ataque inglés a Buenos Aires desde Montevideo. Entre otros, Saturnino Rodríguez Peña y Manuel Aniceto Padilla aceptaron esas argucias, y a pesar de que Martín de Alzaga levantó la voz de alarma y consiguió que el fiscal Villota previniera a Beresford que sería internado a Catamarca, éste fue liberado por el primero y sus amigos antes del traslado, conjuntamente con otro oficial británico, el teniente coronel Pack. Ya liberado y fuera del alcance de los patriotas, Beresford conversó con Auchmuty, no obstante lo cual los británicos intimaron la rendición de Buenos Aires el 26 de febrero de 1807, al día siguiente de esas conversaciones. A partir de entonces, Beresford no volvió a hablar de la independencia del Río de la Plata.
En estas circunstancias, Whitelocke ordenó la concentración de todas sus fuerzas en Montevideo y resolvió atacar Buenos Aires. El desembarco se realizó en la Ensenada de Barragán el 28 de junio de 1807, y el 3 de julio los ingleses intimaban la rendición de la plaza. Mientras tanto, el 29 de junio, apenas un día después de la puesta en marcha de la invasión a Buenos Aires de parte de Whitelocke, había llegado desde España la Real Orden fechada el 24 de febrero por la cual (como ya se dijo) se nombraba virrey interino a Ruiz Huidobro, brigadier de la Real Armada a Liniers, y se establecía que en el caso de vacancia del cargo de virrey el mismo recayera interinamente sobre el jefe más antiguo. Como Ruiz Huidobro estaba preso en Gran Bretaña, Santiago de Liniers y Bremond accedió al cargo de virrey poco antes de entrar en batalla con los invasores.
En Buenos Aires se decretó una "situación de alarma". El Cabildo se declaró en sesión permanente. Se emitieron severos bandos contra quienes difundieran ideas derrotistas, y se censó y vigiló a los extranjeros, a la vez que se envió al Interior a los oficiales británicos prisioneros. El 1º de julio Liniers fue vencido en las afueras de Buenos Aires. En ese momento crucial, Whitelocke perdió la oportunidad de entrar a una ciudad momentáneamente desmoralizada. En vez de ello, intimó dos veces su rendición, mientras la ciudad continuaba con sus preparativos de defensa, organizados por Alzaga mientras duró la corta ausencia de Liniers.
Finalmente, tres días después de la derrota inicial de Liniers la ciudad fue atacada torpemente, con un ejército fraccionado en muchas columnas, sin apoyo de la escuadra ni de la artillería, aparentemente porque Whitelocke no deseaba apoderarse de una ciudad en ruinas. No necesita repetirse aquí la tradicional narrativa argentina sobre aquella heroica defensa en la que cada edificio se convirtió en trinchera y cada esquina en una trampa mortífera: por una vez, los constructores de mitos oficiales no necesitaron acudir a ficciones para introducir una auténtica gesta en la historiografía argentina. M. A. Cárcano, por ejemplo, no perdió la oportunidad de comparar esa defensa con el sitio de Stalingrado, acordándole mayor mérito porque tuvo lugar un siglo y medio antes.
La jornada del 5 de julio terminó con el Retiro y la Residencia en manos del invasor, pero con el centro de la ciudad intacto y los británicos desmoralizados. En este contexto, una nueva ofensiva española terminó con la resistencia de importantes jefes británicos, como Crawford y Pack. Las reservas del general Mahon llegaron cuando el grueso de la fuerza británica ya había sido vencida.
A partir de allí, Liniers y Alzaga conminaron a Whitelocke a evacuar Montevideo y embarcarse para su país. Este rechazó la intimación y propuso una tregua de 24 horas para recoger heridos. Liniers no la aceptó, atacando nuevamente con su artillería. Frente a esto, el general Whitelocke y el almirante Murray capitularon. La capitulación puso fin a las hostilidades y fue cumplida escrupulosamente por ambas partes. El tratado de capitulación establecía el cese inmediato de las hostilidades en cada lado del Río de la Plata. Las fuerzas británicas debían embarcarse en el término de diez días y la plaza de Montevideo devuelta dentro de los sesenta. Mutuamente se devolvieron los prisioneros de la primera y segunda invasión. Los oficiales británicos serían liberados después de haber jurado que no emplearían sus armas contra Sudamérica hasta su llegada a Europa. En marzo de 1809 en Londres, Whitelocke fue degradado y expulsado del ejército británico por una corte marcial, declarado totalmente inepto e indigno de servir a Su Majestad como militar.

Consecuencias generales de las Invasiones Inglesas

Superada la emergencia de las invasión terminó teniendo efectos políticos beneficiosos para el Río de la Plata, tanto localmente como en Londres. Como es bien sabido, para el ánimo patriota la derrota de los británicos significó un salto abismal en su autoestima: si podían defenderse sin auxilios extranjeros del asalto de la principal potencia mundial, podían autogobernarse. Por el otro lado, en Londres la derrota sirvió para reanimar la idea de que Hispanoamérica debía ser independiente, y que la adquisición de más territorio para el Imperio Británico era costosa y muy riesgosa. Las invasiones trajeron consecuencias que ya las estuvimos comentando , pero es conveniente a fin de terminar con nuestra investigación hacer un analisis de ellas , Por un lado La participación activa del pueblo en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Los criollos se reconocieron a sí mismos como grupo y a partir de los hechos tomaron conciencia de su potencial fuerza autónoma y de un profundo sentimiento de libertad. Resultó evidente la incapacidad de España de defender a sus colonias por lo que las invasiones se constituyeron como catalizador de la causa emancipadora rioplatense. Yendo en contra de los intereses de España se resolvió, incluso, la destitución del representante del rey .Las Invasiones Inglesasevidenciaron las profundas fallas del imperio español en cuanto a lo administrativo, institucional y militar: en definitiva, España retuvo las colonias del Río de la Plata por la acción de la resistencia criolla. Quedaba cada vez más claro que la autoridad real estaba en la práctica completamente devaluada en el Río de la Plata, donde aun acosada por los ingleses imperaba la autodeterminación. No se esperó la decisión de la Corona para tomar medidas contra el virrey, actuando ilegalmente desde el punto de vista de las leyes del reino Con la huida de Sobremonte y la rendición militar, las autoridades se habían desprestigiado quedando el Cabildo como una única autoridad que gozaba del respeto popular. Con el transcurrir del tiempo las fortificaciones de Montevideo fueron demolidas; durante el siglo XIX y hasta comienzos del XX la zona donde ingresaron los ingleses a Montevideo fue urbanizada y ocupada por el barrio del “Bajo”. En la tercera década del siglo XX el “Bajo” fue demolido en su totalidad construyéndose sobre sus ruinas la avenida costera de Montevideo. Siempre quedó el recuerdo de la entrada de los ingleses a la ciudad con la calle Brecha que estaría aproximadamente en la zona donde la muralla dejó paso al invasor. A fines de la década del noventa y por la realización de obras de la zona costera quedó expuesta parte de la muralla con diversos arreglos en lo aparentemente podría haber sido la famosa “Brecha”. El autor de esta nota aparece fotografiado junto a los restos de la muralla en el sector correspondiente a la Brecha.



Conclusión

Como estuvimos viendo en este recorrido historico de las Invasiones Inglesas que tanta influencia ejercieron en el Rio de la Plata y en su independencia con España , obsevamos que su interes de emancipar America no pasaba por darle libertad de los españoles sino que pasaba por su interes particular :un libre comercio y dar ventajas a su comercio industrial (subcapitulo Politica economica hacia Sudamerica ) por otra parte como nuestra hipótesis principal lo indica , si España hubiese establecido un Libre Comercio con Inglaterra la emancipación del Rio de la Plata no hubiese sucedido en 1810, ya que Inglaterra no hubiese puesto su plan de politica emancipadora a America (capitulo II Proyectos y secretos de la independencia ), asi Inglaterra con las trabas comerciales españolas establecio un contrabando con los comerciantes americanos , donde no solo se llevaban productos sino que a la ves entraban las ideas de emancipación que Inglaterra estaba planeando . Por otra parte hemos destacado que la masonería inglesa tambien contribuyo a formar las logias secretas en las cuales los grandes hombres de nuestra historia se han nutrido y formado con sus lineamientos y han llabado a cabo mas tarde la independencia . Estas logias ayudaron ademas a organizarse clandestinamente tanto a los ingleses como luego aquí en Buenos Aires a los americanos (subcapitulo : Logias ) . Estas logias ademas demuestran las iniciativas inglesas para la enmancipacion y como manejaban desde Londres a las demás logias, hasta las americanas. El objetivo de nuestro trabajo es demostrar que las Invasiones Inglesas organizaron la independencia desde preparar a los hombres como lo planeó Miranda hasta invadir Buenos Aires no para ayudarlos a liberarse sino para que sean una colonia inglesa , aunque no funciono su objetivo de alguna forma ayudaron a formar al pueblo argentino



Bibliografía

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_ Eggers, Teresa. Historia Argentina, 1806-2004.Buenos Aires. Maipue. 2004.





Cosentino, Aldana

Grau, Maria Laura

lau_lennon@hotmail.com

Profesora : Gabriela Minondo.

Area :Seminario II.

Carrera: Historia

Establecimiento : I. S.F.D Nº41

Año: 2007